Qué dificil es hacer el amor en un Simca 1000!!

Y es un problema que, desde luego, nuestro Alcalde no tiene. La limitación del gasto público no es algo que esté en su vocabulario, lo cual le permite que, si quiero... ¡me compro un cochazo!

El coste de la limusine de nuestro regidor, ya que en nada se aproxima un A8 a un Simca 1000, es de 120.000 €.

Lo normal: ¿quién no tiene un coche así en el garaje de casa? No se puede ser alcalde sin un coche de esta categoría. Cuestión de mínimos, no seré yo el que le pida a Pedro Castro que se monte en un coche que no tenga los asientos de cuero. Tantos años en el asiento del despacho, te generan un estilo de vida. Ante la clara dependencia al lujo del Sr. Alcalde, puede ser más económico para las arcas municipales pagar un coche de gama alta que tener que hacer frente a las facturas del psicoanalista. No pinta que fuese a llevar nada bien que le separasen de "el coche", ¡¡qué coche!! Vale, sí, he de reconocerlo, yo también lo llevaría mal.

No me quiero imaginar las lágrimas que habrá echado cuando haya escuchado que su rival a la Alcaldía, Juan Soler, lo quiere subastar y dedicar el dinero a un plan para frenar el desempleo. Espero que hubiera alguien cerca de él que le frenase cuando se fuese a tirar por la ventana. Ahora, Pedro, Pedrito, me está dando hasta pena.